El despido es una de las situaciones laborales más delicadas tanto para empleados como para empleadores. Sin embargo, no todos los despidos son iguales, y la legislación laboral española contempla tres tipos principales: despido procedente, improcedente y nulo. Conocer las diferencias entre despido procedente, improcedente y nulo es clave para saber cuáles son los derechos y obligaciones de ambas partes.

Diferencias entre despido procedente, improcedente y nulo

Despido Procedente

    Un despido es considerado procedente cuando la empresa justifica de manera válida y legal la extinción del contrato de trabajo.

    En este caso, el juez determina que las causas alegadas son suficientes y que se han cumplido los requisitos legales establecidos en el Estatuto de los Trabajadores.

    Causas del despido procedente:

    • Despido disciplinario: Se debe a un incumplimiento grave del trabajador, como faltas reiteradas de asistencia, indisciplina, acoso o bajo rendimiento injustificado.
    • Despido objetivo: Se produce por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción en la empresa.

    Consecuencias:

    • No se paga indemnización en el caso del despido disciplinario.
    • En el despido objetivo, la indemnización es de 20 días por año trabajado con un tope de 12 mensualidades.
    • El trabajador tiene derecho a cobrar el paro si cumple los requisitos.

    Despido Improcedente

      Un despido es improcedente cuando no se han cumplido los requisitos formales o la empresa no logra demostrar la causa alegada.

      En otras palabras, el juez determina que la decisión de la empresa no está justificada o que se ha vulnerado algún derecho del trabajador.

      Motivos por los que un despido puede ser declarado improcedente

      • Falta de pruebas suficientes por parte del empleador.
      • Incumplimiento de los procedimientos legales (por ejemplo, no entregar la carta de despido correctamente o no respetar los plazos).
      • Causas injustificadas o arbitrarias.

      Consecuencias:

      La empresa tiene dos opciones:

      • Readmitir al trabajador y abonarle los salarios dejados de percibir.
      • Pagarle una indemnización de 33 días por año trabajado (para contratos posteriores a 2012) con un límite de 24 mensualidades.

      Despido Nulo

        El despido se considera nulo cuando vulnera derechos fundamentales del trabajador o está motivado por una causa discriminatoria.

        Causas del despido nulo:

        • Despido por embarazo, maternidad o paternidad.
        • Despido de trabajadores en situación de baja médica que implique discriminación.
        • Vulneración de derechos fundamentales (por ejemplo, por razones de género, orientación sexual, religión, afiliación sindical, etc.).

        Consecuencias:

        • El trabajador debe ser readmitido de inmediato.
        • Se le deben abonar los salarios de tramitación desde la fecha del despido hasta la reincorporación.
        • Se restablecen sus condiciones laborales previas al despido.

        Entender las diferencias entre despido procedente, improcedente y nulo es esencial tanto para empleados como para empleadores.

        Si un trabajador considera que su despido no es justo, puede impugnarlo ante los tribunales en un plazo de 20 días hábiles desde la notificación.

        En estos casos, contar con asesoramiento legal especializado es clave para garantizar que se respeten los derechos laborales y se obtenga la mejor solución posible.
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