El finiquito y la liquidación son dos conceptos que generan muchas dudas entre los trabajadores al finalizar su relación laboral con una empresa.
Aunque suelen utilizarse como sinónimos, no significan exactamente lo mismo y es importante conocer sus diferencias para entender qué nos corresponde cobrar y cómo actuar en caso de desacuerdo.
El finiquito y la liquidación: dudas frecuentes
¿Qué es el finiquito?
El finiquito es un documento que refleja las cantidades pendientes de pago que la empresa debe abonar al trabajador al finalizar la relación laboral.
En él se incluyen:
- Días trabajados y no cobrados del último mes.
- Pagas extraordinarias prorrateadas si no se han cobrado mensualmente.
- Vacaciones no disfrutadas.
- Horas extra pendientes.
- Indemnización (si corresponde, en caso de despido).
¿Y la liquidación?
La liquidación, por su parte, hace referencia al cálculo total de todas esas cantidades que el trabajador tiene derecho a percibir. Es decir, la liquidación es el resultado económico del finiquito.
Dudas frecuentes sobre el finiquito y la liquidación
1. ¿Estoy obligado a firmar el finiquito?
No. Firmar el finiquito implica reconocer que has recibido las cantidades que se indican. Si no estás conforme, puedes firmar como «no conforme» o negarte a firmar.
2. ¿Puedo reclamar si ya he firmado?
Sí. Aunque hayas firmado, puedes reclamar judicialmente si consideras que no se te ha pagado lo que te corresponde, especialmente si firmaste bajo presión o sin conocer el detalle de los conceptos.
3. ¿Cuál es el plazo para reclamar el finiquito?
El plazo general es de 1 año desde la fecha del fin de la relación laboral. No obstante, para reclamaciones por despido, el plazo es de 20 días hábiles.
4. ¿Me pueden descontar algo en el finiquito?
Sí. Por ejemplo, anticipos de nómina, material no devuelto o días de vacaciones disfrutados de más.
Comprender bien qué incluye el finiquito y la liquidación es fundamental para proteger tus derechos como trabajador. Ante cualquier duda o desacuerdo, lo más recomendable es acudir a un abogado laboralista que pueda revisar tu caso y orientarte sobre los pasos a seguir.